El ciclo virtuoso de la biomasa sostenible

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Ence es la primera empresa europea en certificar con la verificación SURE la biomasa con la que genera energía renovable en sus plantas de energía y en sus biofábricas de celulosa. Su apuesta ayuda a la descarbonización, a la economía circular y al desarrollo del mundo rural

 

La biomasa es el nombre que recibe toda la materia orgánica natural, desde madera hasta restos agrícolas y forestales, utilizada para generar energía renovable. La española Ence se ha convertido en la primera empresa de Europa en iniciar el proceso de verificación de la sostenibilidad de su biomasa mediante el sistema voluntario de certificación SURE, una herramienta desarrollada para asegurar el cumplimiento de las exigencias de la Directiva de Energías Renovables de la UE de 2018. En ella se establecen los criterios que han de cumplir todas las biomasas empleadas en el sector de la bioenergía. Tres de las ocho plantas generadoras de energía renovable de Ence y una de sus dos biofactorías productoras de celulosa de eucalipto ya se nutren de masa agrícola y forestal certificada. El objetivo que ahora pasa por que toda la materia prima de sus diez instalaciones haya obtenido esta certificación a finales de 2021.

Esta apuesta, que puede resumirse fácilmente en un párrafo, tiene unas enormes repercusiones positivas para el medio rural y la España vaciada, para la descarbonización del mix energético y para la economía circular. “La producción de energía renovable con biomasa agroforestal viene a completar nuestra visión sobre la sostenibilidad y la importancia de caminar en la senda de la economía circular, la bioeconomía y la descarbonización, de la mano de la producción de celulosa”, expresa Felipe Torroba, CEO de Ence Energía.

 

La producción de energía renovable a partir de biomasa tiene enormes repercusiones positivas para el medio rural, la descarbonización y la economía circular

La empresa inició este camino en 2017, con su pionero Decálogo para la Sostenibilidad de la Biomasa como Combustible, “puesto en marcha para garantizar una total sostenibilidad en la utilización de la biomasa y el cuidado del medio ambiente en su aprovechamiento como fuente de energía”, recuerda Torroba. El decálogo establece cuáles han de ser los principios de actuación en relación al uso de la biomasa, identificando qué tipos de materiales y en qué condiciones pueden ser usados para la generación de energía.

En busca del equilibrio

El siguiente (y reciente) paso ha sido la obtención del sello SURE, que ha sido diseñado por REDcert (empresa alemana con experiencia en la certificación de sostenibilidad de biocarburantes) y Bioenergy Europe, la asociación europea de la bioenergía. Y que pone el foco, entre otros aspectos, en garantizar la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la eficiencia energética o un correcto balance de masas.

Las plantas de generación eléctrica renovable también ayudan a fomentar el trabajo en los medios rurales.
Las plantas de generación eléctrica renovable también ayudan a fomentar el trabajo en los medios rurales.

Las ocho plantas de Ence generan 253 MW de energía renovable, a los que se suman otros 112 MW de cogeneración sostenible derivados del proceso de producción de celulosa en las biofábricas de Navia y Pontevedra, según informa la compañía. “Pensamos que la energía eléctrica renovable con biomasa está llamada a desempeñar un papel clave en la transición energética y en el proceso de descarbonización. Se trata de la única fuente renovable que, además, es gestionable y que, por lo tanto, no depende de las circunstancias meteorológicas. Además, es capaz de dar respuesta al sistema para adaptarse a los picos y valles de la demanda eléctrica, de tal modo que actúa como almacenamiento energético”, reflexiona Torroba.

A su juicio, la actividad de Ence representa un ejemplo paradigmático de economía circular, tanto en las biofábricas de celulosa, que se autoabastecen con la energía producida a partir de la madera que no se emplea para la pasta de papel (corteza y lignina, fundamentalmente), como en las plantas de energía renovable, que utilizan como materia prima los restos de la actividad agroforestal. “Cerramos, así, un círculo virtuoso”, subraya Torroba, que defiende la búsqueda de un aprovechamiento integral de los recursos, tanto madereros, en el monte, como de los restos agrícolas, en el campo. E insiste en que competitividad y sostenibilidad van de la mano, y en que la creación de valor y riqueza sostenibles para el entorno conlleva la creación de valor como compañía.

Según datos de APPA Biomasa, patronal empresarial del sector en España, la biomasa es la tecnología renovable que más puestos de trabajo genera por megavatio instalado: 30. “Supone una clara contribución a la fijación de población en el medio rural, en el que se ubican estas plantas de generación eléctrica renovable”, señala Torroba. De manera que, además de permitir una solución “adecuada y sostenible” a los restos agroforestales, evitando problemas medioambientales derivados de una gestión incorrecta (como plagas o incendios), la actividad de Ence “supone una importante contribución a la vertebración del territorio”, asegura el CEO de Ence Energía.

 

La biomasa es la tecnología renovable que más puestos de trabajo genera por megavatio en España

 

Pero no solo importa lo que se cuece dentro de las instalaciones de la compañía sino lo que ocurre de puertas para fuera, a lo largo y ancho de su cadena de valor, desde que los restos vegetales son recogidos hasta que se valorizan y transforman en energía. “Transmitimos nuestra visión de sostenibilidad a todos los actores de la cadena de valor con los que colaboramos, que han de regirse por los mismos criterios de sostenibilidad con los que trabaja la empresa”, declara, rotundo, Torroba.

Hasta el momento, Ence ya ha llevado a cabo formaciones a propietarios y suministradores sobre su decálogo de la sostenibilidad de la biomasa, y ahora los ayuda a implantar el esquema de certificación SURE. “Desarrollamos una labor de transmisión de los principios que forman parte de nuestro ADN”, sostiene Torroba.

Decálogo de Ence para la sostenibilidad de la biomasa como combustible

  1. Respetará el entorno natural: la gestión de la biomasa será respetuosa con los recursos naturales y no producirá daño al entorno.
  2. Será compatible con las prácticas agrícolas y silvícolas sostenibles.
  3. Ence no utilizará como combustible madera en rollo de más de 10 centímetros de diámetro, salvo que su única posibilidad de consumo sea el uso energético.
  4. Respetará los usos prioritarios de la biomasa, y no competirá con otros posibles usos industriales.
  5. No utilizará biomasa que compita en recursos con la alimentación.
  6. No competirá con usos ganaderos de la biomasa.
  7. La gestión de la biomasa se acometerá siempre con respeto a la legislación, los derechos humanos y de las comunidades.
  8. A fin de minimizar el impacto ambiental, Ence aplicará las mejores prácticas en el aprovechamiento, transporte, tratamiento y almacenamiento.
  9. Minimizará la emisión de carbono: considerará el balance de emisiones de gases de efecto invernadero en todo su ciclo de vida.
  10. Perseguirá siempre la mayor eficiencia energética con criterios de sostenibilidad, mediante tecnología para el aprovechamiento del calor residual de sus plantas para otras industrias y usos locales.

 

 

Fuente: https://elpais.com/